Estética IKAI Belleza, Estética y Nutrición
Desde que el tono bronceado de la piel se puso de moda a mediados de los años veinte del siglo pasado, la gente ha pasado largas horas tumbada al sol con el objetivo de ligar bronce y tener un aspecto más atractivo. Pero ¿y cuándo no hiciera sol? ¿o las personas no tuvieran un clima adecuado para ello?, además ¿por qué no inventar algo para la comodida de la sociedad? Pues sí, se crearon máquinas para ese fin.
Con la llegada de las cabinas de rayos UVA, los centros de belleza encontraron un modo de conseguir beneficios durante los meses en los que no era posible tomar el sol si uno no se marchaba a alguna playa tropical, algo mucho más costoso y al alcance de menos personas, que las que pudieran acudir a un centro de belleza.
No obstante, conviene tomar en cuenta algunas recomendaciones antes de exponerse a este tipo de máquinas que han llegado a ser la causa de quemaduras, lesiones e incluso algunos casos de cáncer por una exposición prolongada y poco informada.
Hay que saber que los rayos UVA, aunque se trate de una máquina que los produce de forma artificial, son un tipo de radiación, y que como tal es necesario no exponerse durante demasiado tiempo a ellos, principalmente si no se ha tomado el sol en mucho tiempo. También debemos desconfiar de los centros en los que se comercializan bonos en cabinas domésticas que se venden sin control y que no cuentan con el asesoramiento profesional de un experto, lo que ha dado lugar a una alarma social en algunas ocasiones como consecuencia de los daños producidos a algunas personas que se han fiado de los folletos de publicidad y se han expuesto sin conocimiento a uno de estos aparatos.
Lo mejor es acudir a centros certificados que garanticen la seguridad de las instalaciones, que si bien son un poco más costosos que los mencionados anteriormente al menos no darán como resultado problemas de salud que pueden llegar a ser de mucha gravedad. Es importante antes de nada saber cuánto cuesta un tratamiento de estética te servirá para guiarte en calidad-precio de cuál elegir.
Una vez más tenemos que apostar por la calidad y no la cantidad, pues lo barato finalmente nos saldrá muy caro, nuestra piel será la mayor perjudicada.
