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Se puede ver a todas horas en los anuncios de la televisión, y se ha convertido en una de los productos más demandados en los centros de belleza. El gel de baba de caracol ha sido reconocido, incluso por los expertos que no recomiendan su uso por no contar con estudios científicos adecuados, ya que las propiedades de este fluido hacen que los caracoles puedan regenerar su propio caparazón en el caso de que este haya sufrido algún daño.
No obstante conviene hacer un apunte que ha llevado a confusión a mucha gente, sobre todo ahora que las cremas a base de baba de caracol proliferan, y se pueden encontrar incluso en establecimientos que no tienen nada que ver con el mundo de los tratamientos de belleza. Y es que el término baba de caracol para definir al compuesto regenerativo con el que se formulan estas cremas en realidad no es la baba que el caracol produce para moverse, sino que se trata de una secreción con la que el animal se defiende de las agresiones externas. Esa es en realidad la materia que posee propiedades regenerativas y que al parecer pueden reparar la piel y retardar los signos de envejecimiento.
Para obtener esta secreción se somete a los caracoles a radiaciones y estados de estrés, y esto debe estar además avalado por un estudio científico que garantice las propiedades que esta crema ofrece. Esta secreción es rica en proteínas, antioxidantes y ácido hialurónico, que permite mejorar la hidratación de la piel y se ha demostrado que las arrugas se pueden llegar a disminuir por encima de un cuarenta por ciento.
No obstante, en caso de alguna duda lo mejor es acudir a un profesional, como un dermatólogo, que nos aconseje acerca de cuál es el tratamiento más adecuado para nosotros.
